El barco de Saint Vaast a la isla de Tatihou tiene una curiosa manera de atracar, y como vereis no tiene ningun problema cuando baja la marea.
La isla es una verdadera invitación al sueño. En este pequeño pedazo de tierra se mezclan un patrimonio cultural excepcional y una naturaleza protegida. Su nombre viene de los Vikingos que poblaron la región de Normandía. Puerto de salida de las tropas de Guillermo el Conquistador antes de la conquista de Inglaterra, Saint-Vaast vio su nombre entrar en la historia durante la batalla de La Hougue en 1692. La espléndida isla, verdadero paraíso ornitológico, se transforma en península con marea baja. Esta encantadora isla está dominada por la torre Vauban y sus fortificaciones. Los muros de granito y techos de pizarra de las casas se funden con harmonía con los colores del litoral, de sus dunas y de estas rocas salpicadas por el oleaje.
En ella se puede visitar el museo marítimo que alberga colecciones arqueológicas sobre los restos de la flota real hundidos durante la batalla de La Hougue en 1692.
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